Hacia una pedagogía de la biblioteca. Relación entre el pensamiento de John Dewey y el discurso bibliotecológico

Las ciencias que pretendan serlo o las disciplinas no se bastan a sí mismas, necesitan ayudarse entre ellas para ser más eficaces en su quehacer, debido a la complejidad del mundo que no actúa como ismo sino como un sistema interdependiente y la dinámica fluctuante de la ciencia es importante conocer otras áreas del conocimiento para poder satisfacer las demandas de solución de problemas de las sociedades. Decir que la bibliotecología necesita de la gerencia, sociología,  antropología, ingeniería de sistemas, la comunicación social y la pedagogía no es desestimar la identidad de la disciplina como la pedagogía  se apoya en la psicología, sociología, historia y muchas más ciencias ello no va en detrimento de la pedagogía. Este escrito quiere mostrar la relación entre el pensamiento Deweyano y el discurso bibliotecológico para luego proponer la creación de una pedagogía de la biblioteca.

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Al hablar de la relación de la pedagogía y la bibliotecología se debe especificar con cual pedagogía ya que hay muchas teorías, no existe una sola pedagogía sino varias corrientes que pretenden comprender el fenómeno de la educación en todos sus aspectos. Para este escrito se tendrá en cuenta el pensamiento de John Dewey quien fue un pedagogo, filósofo y activista político norteamericano exponente de la corriente del pragmatismo que se centra en las consecuencias de los sucesos. Para Dewey no puede haber educación sin democracia ni democracia sin educación, él no comprende la democracia únicamente como una forma de gobierno sino fundamentalmente una forma de vivir en sociedad. Entonces la democracia más que las instituciones de la sociedad es la capacidad de los individuos para expresar libremente  su individualidad.

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Dewey plantea que a mejor educación en una sociedad existirán mejores ciudadanos ya que las personas tendrían mejor criterio para decidir lo más conveniente para sí de esa manera serían más libres de esa manera los hombres se realizan de manera plena. Para John la educación era una herramienta para perpetuar y hacer más grande la democracia. Pero la educación no solo se da en la escuela sino también en parques, museos, teatros y por supuesto en bibliotecas vale la pena aclarar que tanto la escuela y la biblioteca son solo una parte de la educación ya que desde la familia se está educando a las nuevas generaciones. También es necesario comprender que los actores de la educación únicamente no incluye a los estudiantes y los profesores sino que integra a diversos estamentos de la sociedad como el gobierno, las religiones, las políticas, las decisiones económicas, entre otras.

Hoy día en diferentes directrices y manifiestos para bibliotecólogos y bibliotecas se puede apreciar claramente una relación con el pensamiento de John Dewey por ejemplo el manifiesto en favor de las bibliotecas públicas de la UNESCO afirma “ La participación constructiva y la consolidación de la democracia dependen de una buena educación… La biblioteca pública, paso obligado del conocimiento, constituye un requisito básico de la educación permanente, las decisiones autónomas”. Evidentemente hay una relación filosófica entre libertad, democracia y educación. Ya en el manifiesto sobre bibliotecas escolares también de la UNESCO declara en uno de sus aparte: “La biblioteca escolar proporciona información e ideas que son fundamentales para desenvolverse con éxito en nuestra sociedad contemporánea, basada en la información y el conocimiento. Proporciona a los alumnos competencias para el aprendizaje a lo largo de toda su vida y contribuye a desarrollar su imaginación, permitiéndoles que se conduzcan en la vida como ciudadanos responsables.”.Entonces la biblioteca y la escuela comparten la tarea de fomentar la ciudadanía y la democracia porque comparten valores y fines. Cuando se dice que a una mejor educación mayor desarrollo económico y social puede hacer referencia tanto a la escuela como a la biblioteca pero son solo algunos aspectos de sus beneficios, más importante es  contemplar esas instituciones sociales como promotores del desarrollo personal y potenciadores de las capacidades intelectuales, espirituales y porque no físicas de los individuos.

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Para Dwey fue muy importante el ocio y el aprovechamiento del tiempo libre además que asevera que la escuela también debe tener la función de proporcionar el disfrute de la vida. Es evidente que la biblioteca como la escuela tienen una labor educativa y de entretenimiento porque permiten fomentar el desarrollo intelectual no solo con el propósito del desarrollo económico, tener más conocimiento para producir más, sino además en el ámbito personal por medio del desarrollo de la sensibilidad a través de diferentes formas de arte y el buen aprovechamiento del tiempo libre. Son entonces la escuela y la biblioteca instituciones que promueven la humanidad, convivencia,  paz y progreso.

En la escuela se cuenta con el profesor y en la biblioteca con el bibliotecólogo o bibliotecario ellos son tutores acompañantes, el primero como guía motivador, expositor y evaluador de conocimientos; y el segundo tiene un papa de alfabetizador informacional porque brinda herramientas para buscar, seleccionar, organizar, recuperar y evaluar información. Entonces la escuela y la biblioteca son “hermanas” porque generan una oportunidad para acceder al conocimiento.

Es entonces el pensamiento de John Dewey y el discurso bibliotecológico pragmático porque se centra en la utilidad de la información y el conocimiento como medios para consolidar la democracia a través de la libertad de expresión y el libre flujo de datos e impulsar el desarrollo económico y social centrándose en la singularidad de cada individuo como un ser con grandes potenciales que pueden aportar a la sociedad. Para algunos puede parecer crudos pero es realista y honesto considerar las acciones del hombre como una búsqueda de fines.

Teniendo clara la relación de la pedagogía y el pensamiento pedagógico de John Dewey es necesario desde las bibliotecas reflexionar sobre la educación comprendiendo que el camino del aprendizaje en todas las edades, nunca termina a lo largo de la vida porque es una necesidad y una satisfacción que dignifica. Para ello es necesario de una pedagogía de la biblioteca que se pregunte ¿Cómo se enseña en las bibliotecas? ¿Quiénes enseñan? ¿Quiénes aprender? ¿Cómo se aprende? ¿Cuál es la didáctica de la promoción de la lectura? ¿Cuál es la pedagogía? y no preguntarse únicamente en la relación directa con los visitantes de la bibliotecas sino también desde la gestión bibliotecaria, es decir pensar desde la adquisición de material bibliográfico que labor educativa puede ofrecer los diversos contenidos de las bibliotecas para que la compra no solo esté basada en la demanda de deseos de los lectores y más bien en un análisis de información que evalúe seriamente la  pertinencia y calidad de los contenidos que serán de uso.

Para ello, basado en la experiencia de bibliotecólogos y bibliotecas es conveniente realizar un constructo teórico que valide la teoría y metodología de una pedagogía de la biblioteca que motive a la lectura y la curiosidad por el conocimiento.