Reflexionar sobre la epistemología de la bibliotecología es entrar en una larga discusión porque existen diversas propuestas sobre su objeto de estudio y no hay un consenso sobre exactamente qué estudia la bibliotecología, ese fue uno de los ejes del seminario Historia y Epistemología de la Bibliotecología discutido desde un pensamiento decolonial.
“Es entonces la epistemología una rama de la filosofía que se pregunta por la identidad, límites, finalidades y medios de la ciencia. La epistemología es una rama de la filosofía que se pregunta por la identidad, límites, finalidades y medios de la ciencia. ¿Qué es esa ciencia? ¿Qué estudia? ¿Cómo la estudia? ¿Para qué lo estudia?”
Entonces ¿Cuál es el objeto de estudio de la bibliotecología? ¿El libro? ¿La biblioteca? ¿La transferencia de la información? ¿La organización de la información? ¿Los documentos? ¿Los contenidos de los documentos? ¿El acto comunicativo y educativo entre las relaciones de la biblioteca y sociedad? ¿Los flujos de información? Aunque no se encuentra una respuesta concreta todas las propuestas se encuentran en un mismo radio y no son muy disímiles, intentos valiosos pero discutibles como el de Miguel Ángel Rendón, Natalia Quintero, Susana Sander, etc. Muestran un interés, desde diversas universidades, de consolidar una epistemología de la bibliotecología. Y ese interés debe inquietar a todo estudiante y profesional de la bibliotecología independiente de su desempeño laboral porque de esa manera se preserva y se transforma la profesión.
Para muchos la bibliotecología tiene un conocimiento técnico: por ello se pone en duda la cientificidad de la bibliotecología por su alto que hacer operativo; para otros es una ciencia de intelectuales y grandes lectores: aquí se crea el imaginario de exclusión a diferentes públicos; pero la bibliotecología es un conocimiento con profesionales de mentes inquietas e inconformes, con apetito voraz por el conocimiento que permite entender la existencia y un anhelo de democratizar el acceso a la información, o al menos debería serlo. Sin negar de las labores técnicas que desempeñan los bibliotecólogos existe una tarea creativa e intelectual.
La bibliotecología se ha abierto a interactuar con otras ciencias, aspecto enriquecedor, pero para muchos ello le quita identidad y desvirtua el objetivo de la bibliotecología. por ejemplo para facilitar la relación entre los diversos usuarios de la información con los diversos documentos que la contiene, ha utilizado diferentes herramientas como la organización de la información, el conocimiento de la administración y el mercadeo, la pedagogía, la publicidad, la gestión cultural, el trabajo social, etc. A esta interdisciplinariedad no hay que temerle porque abordar las temáticas mencionadas ayudará a formar una profesión más holística y comunicada, vale recordar que la ciencia para que sea ciencia debe comunicarse.¿Porqué en otras ciencias no hay ese temor? La medicina no teme en hablar con la psicología, la administración en salud, la filosofía del bienestar; la ingeniería se basa en las matemáticas, la química, la economía, etc.
Entidades internacionales como la UNESCO y la IFLA promueven el desarrollo de las bibliotecas como una estrategia para el desarrollo económico y la preservación de la democracia, esas sugerencias o directrices dicen no ser normas obligatorias pero que terminan por serlas y se convierten en estándares casi inalcanzables para las realidades de la bibliotecas de los países más pobres. Entre otras cosas dictan las medidas, iluminación, arquitectura, fondos documentales (colecciones), servicios de la biblioteca entre muchas otras que deberían poseer las bibliotecas. Ese discurso sobre el progreso puede ser solo una idea radical que excluye otras formas de vida ya que en nombre de la libertad, la democracia, la nación, la raza y otros conceptos se han realizado atrocidades en el mundo. Para hacer un poco de historia recordemos a la STASI la policía secreta de la extinta República democrática de Alemania oriental (que poco o nada tenía de democrática) tenía un expediente de cada habitante, en esa época tales expedientes eran mecanografiados en máquina de escribir y no existían los computadores para la utilización en organizaciones ¡Imagínese ahora como puede ser la vigilancia en nuestra época que se dispone de tantas herramientas informáticas! La reflexión sobre el objeto de estudio, la fundamentación teórica y la metodología de la bibliotecología debe pensarse, en nuestro contexto, para nuestra bibliotecología, una bibliotecología decolonial colombiana, una bibliotecología tropical; no para otro tipo de bibliotecología. ¿Hemos pensado los bibliotecólogos y estudiantes en una bibliotecología decolonial colombiana, en una bibliotecología tropical?
Si existe una medicina tropical, que tiene énfasis en las enfermedades endémicas de la región; una Historia colombiana, psicología colombiana, antropología colombiana, una sociología colombiana, etc. Porqué no pensar en una bibliotecología decolonial a nuestro estilo con una amplia fundamentación teórica qué responda a las necesidades de nuestro país sin olvidar los antecedentes históricos y eurocentricos y sin desligarnos de los conocimientos de otras latitudes pero valorando y comunicando nuestro conocimiento a otras regiones.
El pensamiento decolonial en la bibliotecología buscaría una alternativa al pensamiento eurocéntrico y al discurso dominante sobre la labor de la biblioteca como institución social entonces la decolonialidad no solo brindaría identidad a la biblioteca latinoamericana y colombiana sino también contribuiría a la identidad de dichas regiones.
Una Bibliotecología decolonial al estilo colombiano debería pensar y hacer en pro de las realidades de las comunidades donde se encuentren las bibliotecas (no digo que en todas las bibliotecas no se haga), y no tener temor en la utilización de herramientas creativas para educar y entretener, tener coraje e inventiva para proponer nuevas formas de difundir información. Una bibliotecología colombiana debe comprender la idionsicrasia de los habitantes donde se encuentra la biblioteca, comprender aspectos culturales como el volumen de la voz, la alegría fiestera, el humor, la hablantería, y compreder que la manera de leer, estudiar y aprender ha evolucionado (hoy día algunos estudiantes leen y realizan sus trabajos en condiciones ruido o con interrupciones)Pocos de los textos educativos propuestos en la Escuela Interamericana de Bibliotecología (Medellín, Colombia) son de autores o experiencias en bibliotecas colombianas, eso no es inadecuado porque se puede aprender de experiencias en otros países pero queda la preguntas ¿Cómo debería ser nuestra bibliotecología? ¿Qué características debería tener? ¿Cuál es el perfil del Bibliotecólogo Colombiano? ¿Que diferenciaría a este tipo de bibliotecología con otras de America latina y del mundo?
Pensar en nuestra bibliotecología no significa recatalogar todo lo que está organizado en las bibliotecas con sistemas de clasificación del conocimiento americanos o europeos como protesta o inconformidad con esos sitemas (ello sería inviable e innecesario) o negar todos los aciertos y desaciertos de los estilos de bibliotecología internacional, pero si en replantear servicios, adecuaciones de la locación, las políticas de desarrollo de colecciones y dejar de creer que todo lo que hace la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos es la panacea y debe seguirse ciegamente.
Pensar en nuestra bibliotecología no es solo apoyar la educación permanente es ser amigos de la sociedad por medio de la escucha activa a los usuarios, es tener una bibliotecología con visión lo que implica además determinar que tipo de sociedad Colombiana queremos
tendría un fundamento en el ser colombiano y no necesariamente en el hacer como los americanos y europeos y proporciona los elementos para conformar un proyecto nacional y existencial y así podría el colombiano disfrutar de su autenticidad y ser conciente de sus potencialidades.
Bibliografía
Martínez, R. M., & Rendón, M. Á. (2009). Algunas propuestas latinoamericanas de objetos de estudio para la investigación bibliotecológica. Revista Interamericana de Bibliotecología, 27(1), 13–44.
Rendón, M. Á. (2005). Bases teóricas y filosóficas de la bibliotecología (p. 265).
Sander V., S. Reflexiones epistemológicas sobre la especificidad de la Bibliotecología, la Biblioteconomía, la Documentología, la Documentación y «las ciencias de la información». Una propuesta para su discusión. II Foro Social de Información, documentación y Bibliotecas. 7 y 8 de septiembre de 2006.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tus comentarios u opiniones. Lo que piensan y sienten es muy importante para nosotros. Tus reflexiones y observaciones son muy valiosas. https://osmalo.blogspot.com/